Las microintervenciones son proyectos cuyo objetivo es
tener un gran impacto con una gran economía de medios. Se trata de operaciones
directas y efectivas que apuntan a transformar las dinámicas de uso e
interacción en espacios pequeños.
El proyecto piloto de renovación de un comedor comunitario debía ser
ejecutado con un presupuesto muy ajustado y en corto tiempo. El mal estado del
sitio, la falta de luz y ventilación natural, la distancia entre la cocina y el
comedor y la espera de los niños a la intemperie y sin supervisión
directa de las madres eran los problemas que se debían atender. El proyecto se
resuelve en dos operaciones: primero, el desplazamiento del tabique que dividía
al espacio en dos partes igualmente inútiles (generando ahora una antesala y un
comedor en el que puede ser incluida una cocina) y segundo, la transformación
de puertas y ventanas en piezas expresivas que articulan las nuevas rutinas y relaciones
que se busca construir: la espera, el juego, la supervisión de los niños antes
de la comida, la higiene.
El uso de bloques de ventilación permite la entrada de luz, la circulación
de aire y el control visual sobre los niños por las madres que cocinan. La nueva
antesala refuerza la espera como un momento de encuentro en común previo a la
comida, durante el cual los niños deben lavarse y son medidos y pesados. Las
nuevas puertas y ventanas en carpintería metálica llevan colores vivos y
reinterpretan técnicas constructivas tradicionales como el plegado de láminas
para mayor rigidez y el uso de ciertos patrones.